miércoles, 24 de marzo de 2010

La muerte del pobre Ivan Ilich


Acabo de terminar de leer La muerte de Ivan Ilich de León Tolstói. Es una novela corta, brevísima; de esas que se pueden terminar en una tarde. Esto no significa que me haya terminado Ana Karenina, novela larguísima; pero necesitaba cambiar un rato de historia. Volviendo a Ivan Ilich, la historia de un pequeño burgués, doctor en leyes y prestigioso juez, casado con una mujer insoportable, padre de dos hijos. Dentro de todo, su vida representa el estereotipo de la buena vida burguesa: estabilidad económica, comodidad, prestigio profesional, honestidad, familia, y por supuesto, hipocresía. De hecho Tolstói describe el mundo social y profesional en el que se desenvuelve su personaje de una manera bastante sarcástica y a veces sórdidamente crítica; sin embargo bastante prudente viniendo de un anarquista. Todo esto se acaba de la noche a la mañana por una ocurrencia tontísima, la cual no voy a rebelar. El hecho está que Ivan Ilich se enferma, y de esto trata casi toda la novela: el sufrimiento del pobre hombre desde su insignificante accidente hasta su muerte.

Mi opinión es que esta novela trata sobre un tema central: el dolor físico, y de cómo tal cosa puede arruinar la calidad de vida hasta de la persona más prudente. Ivan Ilich, acostumbrado a la buena vida, a las diversiones banales y a una posición privilegiada en un imperio despótico (Rusia), un día se da cuenta que la vida es demasiado frágil. Y esta es, quizá, la enseñanza más importante de esta novela: la fragilidad de la vida. Su dolor se incrementa, los médicos no identifican con claridad de qué se trata, las medicinas no dan resultados. El pobre hombre cae en cama luego de mucho luchar por continuar su vida como si nada estuviera pasándole. En medio de su dolor y padecimiento comienza a darse cuenta de la naturaleza del mundo que le rodea, de la hipocresía y disimulo constante. Al tiempo Ivan Ilich se da cuenta que nadie lo quiere con sinceridad; que todas esas demostraciones de afecto son, íntimamente, demostraciones de descontento. Su esposa es la mayor expresión de esto.

Una vez leí de Hanna Arendt que el dolor físico es una de las experiencia subjetiva más intensas de la condición humana. Los demás pueden verte sufrir, pero les es imposible sentir y comprender del todo el sufrimiento ajeno. Como mucho podemos sentir compasión, pero nunca identificarnos del todo con la condición concreta del que está sufriendo. El dolor físico es la experiencia de vida que más nos aisla, porque es algo que no podemos compartir en plenitud. El que siente dolor físico no puede pensar en los demás, no puede asumir responsabilidades, porque lo aliena por completo de su ambiente y lo vuelca por completo a su interior, a la sensación desagradable del dolor. De esto se trata esta novela, del padecimiento de un hombre común que por azares del destino, se ve obligado a padecer, y por ningún motivo aparente. Iván Ilich reflexiona sobre su vida, sobre su familia, sobre su pasado, sobre su niñez. Comienza a preguntarse si de hecho ha vivido una buena vida; comprende que se va a morir. El único con el que se siente a gusto, que parece comprender su dolor de manera honesta y sin hipocresía, uno de sus criados que servilmente trata de solucionar el dolor presente de su patrón.

Buena novela, conclusión interesante, todo de la magistral pluma de León Tolstói.

5 comentarios:

Colotordoc dijo...

El dolor es un de los síntomas médicos que más me desesperan Thaelmman. No es medible y nadie tiene la misma intensidad de dolor que otro. Lo que puede ser un dolor insignificante, para un llanero de Apure, puede ser catastrófico para un Caraqueño o de cualquier otra ciudad o inclusootro llanero....

Coincido contigo en que la novela gira sobre la vida, quizás no enseñandonos que sea frágil, pero si mostrandonos que aunque seamos metódicos y controladores, siempre hay la vuelta de la esquina, donde no se ve lo que viene

Saludos

Thaelman dijo...

Compañero Manuel,

Es impresionante como el dolor físico puede hacer cualquier forma de actividad insoportable. En parte creo que es uno de los motivos centrales que ha motivado al hombre a desarrollar la medicina. La cúspide de esta voluntad de luchar contra el dolor son los sistemas de salud universal, sobre el cual tanto se ha discutido ultimamente en Estados Unidos por el Obamacare. La salud ha sido una de las prioridades de los tiempos modernos.

Carlos Miguel Rodrigues dijo...

Excelente artículo Thaelman Luís. Definitivamente has tratado uno de esos temas que a todos les interesa -preocupa o inquieta quizá- pero que pocos se ocupan de comentar de forma tan clara. Y menos de la mano de Liev Tolstói. Debe ser difícil despertar un día con todas las verdades que se tenían por tales derrumbadas.

Saludos,

P.D. Estaré más al pendiente de mantener constancia en los comentarios. Problemas de conexión a internet me han hecho un visitante inconstante. Intentaré que eso cambie.

Thaelman dijo...

Carlos,

Tolstói, como Dostoyevski, es un filósofo, en sentido amplio. Literatura de contenido muy denso y con implicaciones morales importantes. No todo el mundo escribe así. Los rusos son especuales en ello, y el siglo XIX en general.

Gracias por frecuentar el blog. Un abrazo.

Nakkuru dijo...

Thaelman, interesante artículo, confieso que no he leído el libro pero me llamó la atencion el blog. Una acotación gramatical: rebelar, tal y como lo escribes se refiere a incitar,perturbar,agitar,azuzar, hostigar, etc. El verbo correcto es revelar que significa descubir lo secreto.
Éxitos con el blog. ¡Saludos!