domingo, 11 de julio de 2010

Reflexiones finales sobre Avatar

Pues vi Avatar una vez más, esta vez en 3D. Sinceramente me parece que la tercera dimensión no le agrega nada demasiado extraordinario a excepción de un par de tomas. Dentro de todo me gustó más en dos dimensiones, como se ven las películas tradicionalmente.

Pero no es eso exactamente de lo que quiero hablar. La película ha sido controversial, y críticas de todo tipo han salido a relucir. Todo el mundo está de acuerdo en que es la famosa historia de Pocahontas pero en el futuro y en otro planeta. Y es que el talento de Cameron consiste en contarnos historias tradicionales pero de maneras extraordinarias y excepcionalmente emocionantes. Es buen cuenta cuentos, además de un tremendo director de cine. Sin embargo, no fue sino hasta esta última vez que capté por completo la injusticia que subyace en la historia de Avatar, y el motivo por el cual a muchas personas esta película les pudo haber resultado desagradable.

Aquí en Estados Unidos muchos dijeron que la película tenía un mensaje antiamericano; que había una agenda liberal detrás de sus grandiosos efectos especiales; que criticaba descaradamente a la administración Bush, y otra cantidad de sandeces que se dijo al respecto. Sin embargo, no se puede negar, existe un mensaje explícito en la película, en las múltiples referencias al planeta Tierra como un planeta muerto, sin vida, destruido. El mensaje ecologista de la película es bastante evidente. Yo no tengo problema con ese mensaje, aunque no lo comparta del todo.

A lo que voy: esta película trata una historia que se ha repetido centenares de veces desde que el hombre es hombre. El encuentro entre una cultura altamente desarrollada y otra en un estado de primitivismo tecnológico. El resultado siempre es igual: la cultura más desarrollada aplasta a la más primitiva, dejando pocos o ningún rastro de ella. Avatar trata específicamente de la aniquilación de las tribus indígenas de América del Norte (con la excepción de que en la película ganan los aborígenes), a través de la muy conocida historia de Pocahontas. Sin embargo, la película contruye una historia a partir de elementos históricamente disconexos, pero que todos hacen referencia a los Estados Unidos. En una sola frase, Avatar es el siguiente escenario: la destrucción de los indios norteamericanos por tropas mercenarias de estadounidenses como Blackwaters, en búsqueda de un recurso energético muy valioso como el petróleo, cuyo resultado final es una derrota en escenario selvático como en Vietnam. ¿Suena absurdo? Es que es absurdo.

Los indios norteamericanos fueron aniquilados entre los siglos XVIII y XIX, pero por oleadas de colonos, familias armadas, muchas de ellas inmigrantes europeos, que a la caza de nuevas oportunidades iban masivamente en busca de tierras sin dueño. No fueron mercenarios pagados por ninguna compañía trasnacional los que eliminaron a los indios. Por su parte, los mercenarios de Avatar se parecen más a organizaciones como Blackwater, grupo de mercenarios privados que han tenido una participación más o menos condenable en la actual ocupación norteamericana de Irak. En Avatar, la teoría que sostiene que los Estados Unidos invadió a Irak para asegurarse el petróleo se parece mucho más al motivo por el cual estas tropas de mercenarios viajan a Pandora en búsqueda de unobtanium. Esto sumado a un par de comentarios que refieren a la guerra contra el terror, vocabulario de la administración Bush, nos da a entender que Cameron está asumiendo una postura claramente política ante el tema. Y por último, una guerra asimétrica en escenario selvático en el que la población indígena, con una moral superior y un espíritu de sacrificio inquebrantable derrotan a los más avanzados terrestres, resultado que se parece mucho a la derrota de los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam.

Mi punto es, James Cameron es un tremendo director, pero también es un vivo. En Avatar se hace con todas las historias negras de los Estados Unidos y las unifica de manera coherente en una sóla película de ciencia ficción, con efectos especiales de última tecnología y con un guión maravillosamente construido. El resultado, una visión parcializada y anti-americana que resulta altamente sospechoza, por más que la película, en tanto obra de arte, sea espectacular.

2 comentarios:

Colotordoc dijo...

Veo que te gusta mucho Avatar.
Siempre la vi en 3D.
Interesante critica, no la había visto de esa forma.

Saludos

Thaelman dijo...

Gracias por tu comentario, Manuel. Si me gustó mucho. La visión crítica me surgió luega de haberla visto varias veces. Es una muy buena película.

Un saludo desde Caracas.