Salmo 58
2 Oh dioses y poderosos, ¿será verdad
que hacen justicia y que gobiernan según
el derecho?
3 Al contrario, a sabiendas falsean el
derecho, imponen al país un yugo injusto.
4 Los impíos andan descarriados desde
el seno de su madre, desde entonces mien-
te el embustero.
5 Llevan dentro un veneno como de ser-
piente que se hace la sorda; 6 que no escu-
cha la voz del encantador y rechaza sus
encantos.
7 Oh Dios, quiébrales los dientes; quiebra
sus mandíbulas de leones.
8 Que queden desparramados como agua
derramada. Que se marchiten como hierba
pisoteada.
9 Como babosa que se deshace al desli-
zarse, como feto abortado que no abre
los ojos a la luz.
10 Antes de que echen sus espinas como
la zarza, verdes o quemadas, que los arre-
bate el torbellino.
11 El juzto gozará al ver el castigo, y la-
vará sus pies en la sangre del impío. 12 Y di-
rán: Es verdad que hay recompensa para el
justo, sí, hay un Dios que hace justicia.
Este es uno de mis salmos preferidos. Lo he leído varias veces este año, en vista de acontecimientos que perturban con mucho dolor a los venezolanos. Lo leo cada vez que salgo de mi casa dispuesto a integrarme a una protesta política. Pero con este mismo salmo no sólo se mide con vara a los tiranos como Chávez o Husseín; el primero todavía falta de castigo y el segundo con uno bien merecido. Con la vara del salmo 58 Dios mide también la falta de los partidos, y de aquéllos políticos que en nombre del bien común engañan a los pueblos y los utilizan para su bien personal. Todos ellos castigados al fin. Pero no olvidemos que "con la vara que midas serás medido", lo cual es otra de las enseñanzas del cristianismo que nos llama a entender que la venganza está inevitablemente en manos de Dios, y es por ello que al final del salmo que presentamos afirma que "el juzto gozará al ver el castigo", pues no es él quien castiga sino Dios, y El aplica ese castigo de las mil maneras, en este mundo o en el próximo.
Es interesante y señalo como al comienzo se refiere el salmo a los gobernantes como "dioses y poderosos" y más adelante se refiere a sus "mandíbulas de leones". Son depredadores que se creen dioses tan sólo por ser podersos. Sólo a Chávez se le ocurre culpar al fenómeno natural que nosotros conocemos como "El Niño" por la falta de agua y electricidad en Venezuela, como si fuera Júpiter desde el Olimpo condenando las acciones de otros dioses subordinados a él. Chávez está incapacitado de sentir culpa, y es precisamente por ello que su castigo va a ser feróz. En manos del pueblo, de la historia o del infierno, Chávez padecerá todas y cada una de las penas descritas en el Apocalipsis y nosotros los venezolanos estaremos allí para presenciarlo, y como el salmo en cuestión nos indica, gozaremos.
Si Dios es justo, como sin duda lo debe ser, castiga al culpable y perdona al inocente con precisión matemática. Por creerse dioses sin serlo, los tiranos y políticos padecen las consecuencias de su soberbia.
8 comentarios:
Hola Thaelman:
Interesante reflexión la que traes hoy al blog.
Fuí educado en un colegio católico, al pie del Ávila, en San José (Sabana del Blanco, donde comienza o termina, según se vea, la cota mil). Nunca he puesto en duda, a pesar de mi mente cientifica que todo lo quiere comprobar, de la existencia de Dios, más dudo a veces de quienes por su jerarquia y estudios aparentmente estan más cerca de Él.
Dicen que el tiempo de Dios es perfecto. Sin embargo creo tambien que este momento por el que atraviesa Venezuela, nos lo hemos merecido. Quisimos dejar en manos de unos pocos la construcción de un país que debimos construir todos. Y esos pocos, con ambiciones desmedidas, ahora creen ser dueños no solo del país, sino de la vida de todos sus ciudadanos.
Ojala las conclusiones que vengan después de este período sirvan definitivamente para enrrumbar al país por mejores derroteros. Esto conllevara hacer sacrificios, que esperemos todos lo entendamos.
Y si tendrá su justo castigo (sabes a quien me refiero). Seguro estoy que lo veremos
Saludos
¡Brillante aporte compañero Manuel! Es precisamente donde allí fallamos los venezolanos de antes, en creer que con trabajar por nuestro bien privado todos por su lado haríamos al país progresar. Nuestro país es la comprobación empírica de que esa idea liberal está equivocada. Aquí la clase media olvidó lo público y se lo dejó a los políticos y a los partidos, y todos tenemos una parte de la culpa. No tiene sentido echarle solo la culpa a AD y a COPEI, porque fueorn los ciudadanos los que permitieron desde un principio que esas ratas se hicieran con el poder a su gusto. No, el ciudadano de a pie tiene el deber de proteger a la república en contra de esas fuerzas corruptoras. No basta con tan sólo quedarse produciendo riquezas patrimoniales. En las brillantes palabras de Tito Livio "Un Estado sólido preserva también fácilmente las propiedades privadas; abandonando lo que es de todos, en vano tratas de conservar lo que es tuyo."
Gracias por tan relevante comentario.
Saludos.
Yo no se si realmente son incapaces de sentir culpa o si pretenden convencernos de ello, pensando que lo contrario es mostrar una debilidad contraproducente para sus intereses.
A veces, al ver las catastrofes que provocan por accion o por omision, pienso que es imposible que no les asalte nunca un sentimiento de culpa, a menos que realmente no sean humanos.
Feliz domingo, monsieur
Bisous
Hay muchos Chávez en el mundo y hasta peores que él. Me refiero a esos líderes mundiales que son capaces de invadir un país soberano y emprender una guerra exterminadora con el fin de derrocar a un señor que, según dicen, tiene armas de destrucción masiva, y luego todo es una pura mentira.
Si Dios existiera y fuera justo; es decir, castigara a los crueles y poderosos que cometen injusticia tras injusticia, iba a tener mucho, pero que mucho trabajo, más que en la creación del mundo.
Saludos.
Bueno compañero Cayetano, lamento diferir de usted. Chávez es un tirano con todo el significado de ese término. Hussein lo era y aun peor, mucho más cruel y asesino genocida de su propio pueblo cuando probaba su armas químicas y biológicas con los indefensos kurdos del norte de Iraq. Eso no tiene perdón. Por otra parte la guerra emprendida por los Estados Unidos sobre el régimen de Hussein, Al Qaeda y el Talibán en Afganistán fueron declaradas de acuerdo con todos los principios legítimos y legales de ese país. Es el Congreso de los Estados Unidos quien declara la guerra, y en ambos casos se llevó a cabo con amplia mayoría de ambos partidos y apoyo popular rebosante. En Afganistán fue con el apoyo de la ONU, en Iraq fue la OTAN. El mundo musulmán nos declaró la guerra desde que destruyeron el Imperio Bizantino, ocupó la península Ibérica por ochocientos años, arrazó la mitad de Francia, invadió Sicilia y saqueó cuantiosas veces las costas de Italia, ocupó Grecia por siglos y todos los balkanes cristianos, hasta asediar Viena varias veces, que queda más cerca Calais que del Bósforo. El mundo musulmán nunca nos ha tratado bien, y devolverles una bofetada de vez en cuando es, en mi opinión, bien merecido.
Compañera y Madame Masquée, sin duda los únicos tribunales de la moral son la conciencia y Dios. Es difícil ver cuando uno de esos tiranos siente o no arrepentimiento. Claro que la capacidad la tendrán, pero otros la pierden. Creo que si Dios es justo, aplica penas matemáticamente exactas a estos señores.
No comparto ese punto de vista, que enlaza con la teoría de los "ataques preventivos" de Bush junior. Creo que el mundo es más inseguro desde que él fue presidente. No obstante respeto tu opinión.
Un saludo.
Bueno, concuerdo con usted compañero en que quizá la "Guerra Preventiva" no es la mejor de las doctrinas de política exterior. Es, quizá, demasiado agresiva para un mundo que pide reconciliación. Sin embargo yo entiendo el mundo de una manera más conflictiva que conciliadora. Después de todo, el Islam nos declaró la guerra tan temprano como el siglo VII. Nuestro episodio no es más que otra secuela de ese gran choque entre nuestras dos civilizaciones. Pero comprendo perfectamente su punto.
Gracias por su importante aporte compañero Cayetano.
Publicar un comentario