miércoles, 7 de octubre de 2009

Rusia y Rachmaninov


"Sin la música la vida sería un error" afirmó Nietzsche tan acertadamente en El Crepúsculo de los Ídolos. Quizá una de las pocas afirmaciones de Federico con las que estoy total y abslutamente de acuerdo. Abro con ésta cita porque quiero hablarles de uno de mis músicos predilectos; Sergei Rachmaninov, y una de sus piezas preferidas por mí; el tercer concierto para piano. Para los que no lo conoces, autor ruso de música contemporánea, entiéndase, principios del siglo XX, con un estilo musical verdaderamente espiritual. Advierto que no es un autor sencillo. La primerz vez que dí con su música, quizá no me agradó del todo. Pero digamos que me senté con curiosidad y por pasión, y he descubierto las melodías invernales más sensacionales que se pueden oír. Pero ahora quiero comentarles específicamente sobre el tercer concierto para piano, muy conocido por muchos.
Debo decir que Rusia es todo un misterio para mí como occidental. Por una parte tengo los prejuicios característicos que nos han hecho ver a ese imperio oriental como la cumbre del despotismo, la injusticia y la crueldad. Como el enemigo de nuestras ideas ilustradas, de nuestras convicciones republicanas y de nuestros deseos liberales. Pero hay algo de misterio en Rusia, algo de ese helado invierno que tanto temor nos da, algo que sin duda despierta mi más completa curiosidad y aliementa mi mayor admiración. Rusia, para nosotros los occidentales, es una gran contradicción. La amamos y la odiamos. Ese es el sentimiento que despierta el tercer concierto para piano de Sergei Rachmaninov.
El primer movimiento es una bienvenida a aquél helado mundo, en las primeras notas se dibuja la infinita estepa congelada. La entrada del piano es ese martillazo de pasión, un llamado a la profundidad del espíritu, desatado de las frivolidades del cuerpo. En el frío no hay sensaciones del cuerpo, sí la onda reflexión sobre la condición del alma. El movimiento se pasea por distintas tonalidades, en un aparente desorden de estructura, entre momentos climáticos y recesiones pacíficas. La destreza de un pianista debe ser muy aguda, por la complejidad y exigencia que requiere el tocar ésta pieza. El segundo movimiento es la ternura exaltada. Un viaje por Siberia como el de Doctor Shivago, con una tonalidad melancólica pero tremendamente romántico. Esa felicidad extraña, solitaria, apartada, en la mera contemplación; de eso se trata éste segundo movimiento. Mucho más breve que el primero, que ya de por sí es largo, concentra aquellas pequeñas emociones que le dan un tono triste pero hermoso a la vida. El paso al tercer movimiento se da de manera abrupta y violenta, a tonos más citadinos y elocuentes, como si de las frías estepas hayamos ingresado a una de esas noches petersburguesas de Dostoievsky. El final, o mejor, el Gran Final, se nos presenta en un torbellino de sonidos fuertes liderados por el piano que termina repentinamente como un paro cardíaco; de la exaltación maravillosa de la vida, el oscuro silencio de la muerte. Rachmaninov es un genio, y su música tocada como un Evangelio.

(...)

No introduzco arbitrariamente a Dostoievsky en nuestra conversación. Para mí, esos dos grandes artístas, el narrador y el músico, son los grandes exponentes del espíritu ruso común: independiente de las necesidades estéticas de la vida occidental y urbana, internado en las profundidades de su espiritualidad y su religiosidad. Sí, el pueblo ruso es muy cristiano, muy religioso. Todavía lo son. En eso nos superan a nosotros los supuestamente sofisticados occidentales. ¿Por qué asocio a Dostoievsky con Rachmaninov? El narrador es de la generación anterior, la de Tchaikovsky. ¿Por qué lo junto con Sergei? Si han leído novelas de Dostoievsky, descubrirán rápidamente sus temas: el nihilismo, la mezquindad, la miseria, lo enfermo, en fin, los grandes defectos humanos. Su gran tema es el ruso común, la persona tradicional, el ser humano exento de todo heroísmo y grandilocuente historia. Eurípides ruso. En ese sentido es totalmente contemporáneo, de mentalidad industrial. En Dostoievsky encontramos el huracán ideológico de las sociedad industriales. Bueno, la música de Rachmaninov a mí me suena a precisamente eso. Tchaikovsky es muy romanticista, muy glorioso, muy del tzarismo. Tchaikovsky se parece es a Tolstoi. ¿Qué decir de una Obertura 1812 y una novela como La Guerra y La Paz?
Rusia es desde todo punto de vista una civilización atractiva. La fuerza de su espíritu viene repartida en densas unidades. A los que la densidad los abruma, los angustia o les fastidia, pueden conseguir ejemplos de mucha mayor ligereza en las culturas francesa o inglesa. Rusia no será un buen lugar para los que prefieren tomarse las cosas con sencilla y linda tranquilidad.

9 comentarios:

Cayetano dijo...

Muy buena entrada y muy atrevida, pero coherente, la comparación de los dos genios. Los dos sufrieron la depresión y fueron víctimas de su tiempo: el escritor, el zarismo; el músico, el exilio tras la Revolución bolchevique.
Dos monstruos de dos épocas diferentes.
Habría que ver el ritmo narrativo. También sería aquí un tema importante a analizar. Ver si la lentitud, la minuciosidad, el culto al detalle, como elementos compositivos de ambos, se dan de la misma manera. Yo no me atrevo a tanto: eso queda mejor para los entendidos en música.
Un saludo.

La Dame Masquée dijo...

Monsieur, comparto su gusto por Rachmaninov, y permitame felicitarle por el modo tan brillante en que describe usted ese martillazo de pasion. Una entrada magnifica la suya de hoy.
Me ha parecido muy curiosa la comparacion entre musicos y escritores, ese paralelismo que usted establece, no exento de razon.

Feliz dia

Bisous

Thaelman dijo...

¡Me alegra que les haya gustado el artículo! Me encontraba anoche cenando en la oscuridad y le di play al aparato de música a ver que aparecía y entonces sonó Rachmaninov. Fue tan buen momento que me preopuse a escribir sobre el tema al terminar, y de hecho.

Colotordoc dijo...

Thaelman:

Interesante texto. Como dice Cayetano, dos genios que sufrieron las incompresiones de su momento. Nadie es profeta en su tierra y en este caso no ser entendido por la gente que cree entenderlo y saberlo todo, propicia destierros y enfermedades.

Si eres aficionado a la musica, en mi blog hay un enlace que se llama Republica libertaria de las tortugas. Es de musica y esta excelente.
Saludos amigo.

Profeballa dijo...

Muchas gracias por seguirme y ponerme entre tus links. Ya te pono en los mìos. Te felicito, excelente blog!!.
nos estamos leyendo!

Thaelman dijo...

Muchas gracias. Si, me interesó su blog tan pronto lo encontré.

Profeballa dijo...

Tù eres de Venezuela?

Thaelman dijo...

Caraqueño, sí. Por graduarme de la escuela de estudios políticos de la UCV.

Profeballa dijo...

Felicitaciones!!